top of page

En Busca de Sirius: Las Puertas de DoorVille

Capítulo XXIII


En el olvido


–Entonces, fue Verónica quien provocó esto...–dijo Massimo tratando de comprender todo– pero... ¿por qué?

El señor Robertson agachó la mirada y negó con la cabeza, dando a entender que él tampoco comprendía nada.

Después de escuchar la historia, los chicos tenían un idea de cómo había pasado todo. La responsable de todo aquel lío en DoorVille, era la bruja, una mujer llamada Verónica, era desalmada en verdad, había secuestrado a su propia sobrina para poder llevar a cabo sus hechizos.

Pero su sobrina, ya no estaba, la había dejado libre, aunque con un sentimiento de culpa terrible, por supuestamente haber sido la responsable de que el señor Robertson se convirtiera en un monstruo. Como la sangre de su sobrina era lo que la ayudaba a realizar sus hechizos con más potencia, tal vez la bruja ya no tuviera todo a su favor y a lo mejor, el polvillo negro que aun conservaban les funcionaría. Si así era, entonces también revertiría todos los hechizos hechos previamente por la malvada mujer.

Con todos estos pensamientos en su cabeza, los chicos habían abandonado la mansión, para dirigirse a la cabaña donde sabían se debía encontrar la bruja.

- —¡La cabaña, ahí está!

Los amigos corrieron, en verdad deseaban llegar pronto a la cabaña. Massimo esperaba no tener que utilizar sus armas, lo que había pasado con la bruja anterior, a pesar de no haber sido realmente su culpa, ya era suficiente. Amaru sentía un poco de miedo, pues las brujas influían fuertemente en las sinzieneles… pero no era el momento para desconfiar de su fuerza, sabía que debía enfrentarse a esa mujer sin problemas.

Llegaron a su destino, Massimo abrió sigilosamente la puerta, entraron con precaución a la cabaña, el lugar despedía un olor terrible, como si algo se hubiera estado pudriendo ahí desde hacía tiempo. La chimenea estaba encendida, por lo que tenían una buena visibilidad adentro y sumado a esto, llevaban la linterna que Massimo anteriormente había sacado del bolso de Zeus.

Revisaron el lugar, se sentían perdidos, no sabían qué era lo que en realidad estaban buscando. La bruja no estaba ahí, pero seguramente llegaría en cualquier momento.

—-¿Oíste eso? – preguntó Rosa quien se alarmó al escuchar un ruido.

-—¡Sí, venía de esa habitación! – contestó Amaru.

—-Pero ya revisamos, no había nadie adentro. – dijo Massimo alterado.

Y rápidamente fue a ver qué sucedía en aquella habitación. Adentro no había nadie, pero sí vio una puerta que antes no había visto, realmente tanto él como sus amigas estaban seguros de que antes esa puerta no estaba en ese sitio. La puerta estaba entreabierta y pudieron ver una sombra, parecía que alguien se ocultaba ahí dentro.

Massimo se adelantó y quedó perplejo al notar que habían entrado de nuevo a la misma habitación, se miraron asombrados y exploraron con la mirada un poco más de aquel lugar.

- —No lo puedo creer… -dijo Rosa en un hilo de voz. – Un mundo paralelo.

- —¿Quieres decir…? -preguntó Massimo.

- —Sí, no hay dudas, es otro DoorVille.– Aseguró Rosa.

- —¡Ya!, dejen a un lado la sorpresa y busquemos a esa mujer. Debemos intentar arrebatarle la magia con el polvillo.- dijo Amaru.

Oyeron un golpe, era puerta delantera, quien sea que estuviera ahí había salido de la cabaña. Corrieron y vieron a una mujer mayor tratando de huir, se veía asustada, eso les dio ánimo, si era la bruja y estaba asustada por ellos, tal vez en verdad no tenía tanto poder y podrían hallar más fácilmente la manera de devolver el equilibrio en DoorVille.

Amaru alcanzó a la mujer y la tomó bruscamente por el brazo.

- —¿Por qué huyes?- le preguntó entre dientes.

- —Déjenme, no lo volveré a hacer, pero por favor, déjenme.- dijo la mujer entre lágrimas.

Amaru se extrañó, así no actuaría una bruja, pero podía ser una trampa, así que prefirió no bajar la guardia.

- Respóndeme, ¿por qué estabas huyendo?

La mujer los miró extrañada pero manteniendo su expresión de miedo. Y cuando trató de darle una respuesta, sólo pudo suspirar.

- —Oye – dijo Rosa acercándose a Amaru. – creo que ella no es a quien buscamos.

- —¿Puedes decirnos quién eres?- preguntó Massimo amablemente.

La mujer lo miró sin dejar de agachar la cabeza y le dijo:

- —Soy Brigitte.

Quedaron perplejos ante la respuesta, Amaru soltó de inmediato a la mujer y esta mostró una nueva expresión, sorpresa, alegría y hasta esperanza, todo eso se le notaba en sus ojos brillantes de emoción.

- —Ustedes son los que nos ayudarán.

Ellos se miraron y asintieron con la cabeza.

Mientras bajaban la ya conocida colina, Brigitte les contaba cómo había sucedido todo.

- —Este es el DoorVille real, el otro en donde están todos los que aquí habitaban, es uno que al parecer ellos mismos hicieron aparecer y ellos mismos se trasladaron sin darse cuenta.

- —No entiendo eso. –dijo Massimo.

-– Vivian me explicó algo que le escuchó decir a su tía: DoorVille es el único lugar capaz de abrir puertas a diferentes mundos, parece que se necesita de magia negra para que eso suceda. Ya sabemos quién es la de la magia negra, pero este mundo se abrió por culpa del miedo que esa mujer sembró en todos. Era tan fuerte, que sin que nadie quisiera, ni siquiera ella, se abrió la puerta al otro DoorVille y lo peor de ese mundo es que como emergió del miedo de sus habitantes, los mantiene siempre con temor y si llegara a haber un momento en el que todos compartan de nuevo el miedo que creó ese lugar, el mismo se materializará. Yo he querido ir hasta allá, para ver a mi esposo, sé que esa bruja lo convirtió en un monstruo, pero no siempre está así, además, si él nos viera a nuestros hijos y a mí… Sé que le aliviaríamos un poco su dolor.

Los chicos la miraron con pena.

- —¡Pero ustedes están aquí! ¡Yo sabía que alguien vendría a ayudarnos, Sirius me lo dijo!

Los amigos se paralizaron, ¿en verdad había dicho: “Sirius me lo dijo”?

- —¿Sirius?- preguntaron casi al unísono.

- —Sí, ¿por qué?, ¿la conocen?

- —¿Dónde está ella? – preguntó Massimo con el corazón en la boca.

- —No lo sé, la vi hace mucho tiempo, nos tenían encerradas, fue casi al inicio de todo. En ese tiempo, no dejaban que los niños ni yo saliéramos a ninguna parte. Un día la trajeron a ella, era hermosa, pero se veía que había sufrido mucho, a pesar de eso cada palabra que decía me llenaba de paz. Ella nos dijo que no debíamos perder la esperanza, que algún día alguien nos liberaría y todo volvería a ser como antes… No sé quien es ella, pero sé que de una manera casi mágica nos hizo volver a sonreír. Gracias a ella los niños comenzaron a actuar de nuevo como niños. Jugaban, reían, de vez en cuando lloraban por su papá, pero volvían a sonreír al acordarse de que algún día lo volverían a ver.

Sirius estuvo con nosotros como una semana, después nos dejaron salir y en ese momento se la llevaron a otro sitio. Creo que fue Vivian la que convenció a Verónica de dejarnos salir, pero lo hicieron con la condición de no volver a nuestra casa, no entrar a la cabaña y no salir del pueblo, cosa que igual no podemos hacer porque siempre nos vigilan. Además, no nos queríamos ir porque… - Brigitte dejó de hablar al notar que alguien se aproximaba.— ¡Cuidado! ¡Escóndanse, que alguien viene!

Los tres amigos corrieron a ocultarse. Brigitte continuó caminando, pero volvió a adoptar esa expresión de temor cada vez que el sujeto se acercaba a ella.

- —¿Con quién hablabas? – le preguntó el hombre con rudeza.

Massimo lo observó y se le pareció mucho a uno de esos cazadores que se había conseguido en su mundo.

- —¡Con nadie! suelo hablar sola—respondió Brigitte nerviosa.

- —No quiero suponer que vienes de la cabaña.

- —¡No! Yo sé que ahí no debo estar.

- —Más te vale. – le dijo el hombre amenazadoramente – ¡Ahora lárgate de aquí y no vuelvas a andar por este sendero!

Brigitte apuró el paso nerviosa, volviendo de vez en cuando la cabeza buscando a los chicos. Ellos se mantuvieron ocultos hasta que vieron que el hombre ya se había alejado. En ese momento, corrieron hacia donde se había ido Brigitte, querían saber más acerca de Verónica y si Vivian también estaba ahí, seguro podría ayudarlos.

Vieron a la mujer caminando despacio, la edad no la ayudaba y el camino empinado mucho menos.

—¡Oiga, acá estamos!- dijo Rosa emitiendo un grito silencioso.

La mujer se alegró al verlos.

—Ese hombre, ¿quién era? – preguntó Massimo.

—Uno de los cazadores de Verónica. –respondió la mujer.

Massimo se alivió al saber lo que era, pues Amato le había dicho que ellos habían escapado del inframundo y que sólo debía herirlos con la espada para regresarlos a ese lugar.

—Y… ¿hay muchos de ellos? –preguntó Amaru.

—Pues yo he visto a tres o cuatro diferentes, no sé si son los únicos.

—Brigitte, ¿Vivian aún está aquí? – quiso saber Massimo.

—La verdad hace mucho que no sé de ella, creo que Verónica la tiene encerrada. Usa su sangre, para mantenerse joven y Vivian en cambio cada vez está más débil.

—Pero, ¿sabe dónde vive Verónica?

—Lo más seguro es que viva en la mansión de mi esposo y también sé que pasa mucho tiempo en la cabaña.

—Creo que lo mejor es que vayamos a rescatarla. Tal vez Vivian nos pueda ayudar.

—Esperen, que sé de alguien que los puede ayudar.

—¿Quién?- preguntó Massimo

—Mi hijo.


Llegaron al pueblo, este no era igual al que ellos conocían, estaba completamente desolado, sólo Brigitte y sus dos hijos vivían ahora en aquel lugar y a pesar de eso, casi todo estaba cultivado. Al parecer ellos tres se habían encargado de crear su propio huerto y de criar animales, claro, si no era así no hubieran sobrevivido durante todos esos años.

Entraron a una pequeña y acogedora casa.

- —Bienvenidos a nuestro hogar, este es uno de los varios que hemos tenido, pues cada cierto tiempo, Verónica viene con uno de sus ataques y nos destruye todo, no soporta ver que seguimos manteniéndonos unidos y que de vez en cuando, nos permitimos ser felices.

Rosa sonrió. Se notaba que Sirius les había dado uno de los mejores regalos: esperanza. Se las habían arreglado con lo que tenían. No había electricidad ni ningún otro tipo de servicio, así que cocinaban con el fuego de la chimenea. En ese momento hervía una sopa

y en la mesa reposaba un pan redondo, ya había sido cortado y de él salía un aroma delicioso, vaya, los chicos en verdad tenían hambre y después de sentir el olor a comida, aún más. Brigitte los miró y les dijo:

- —Siéntense, les serviré algo de comer.

La señora Robertson les sirvió una reconfortante y deliciosa sopa de pollo, probaron el crujiente pan y tomaron un rico jugo de fresas. Todos los ingredientes de la comida provenían de la cosecha de la familia.

Los amigos comieron en silencio y la verdad lo hicieron muy rápidamente.

—Mis hijos no tardarán en llegar— dijo Brigitte, cuando todos terminaron de comer—acostumbran a salir a esta hora. antes paseaban con Thor, nuestra mascota, pero murió, ya estaba muy viejo.

La puerta de la casa se abrió.

- —¿Lo ven?, ahí están.

Mika y Michael, eran dos adultos jóvenes, Michael era tan alto como su padre, tenía barba y cabello negro azabache, igual que sus ojos. Mika no era muy alta, se parecía mucho a su mamá, su cabello era abundante, ondulado y rubio, su rostro mostraba gentileza y sus ojos eran iguales a los de su hermano. Se sorprendieron muchísimo al ver a tres personas acompañando a su mamá, pero al notar que ella estaba tan feliz entendieron quienes eran.

Los chicos se levantaron de inmediato de sus sillas y Brigitte sin ponerse de pie dijo:

—Mika, Michael, ellos son a quienes estábamos esperando.

Una gran sonrisa se dibujó en el rostro de Mika pero la emoción no le permitió decir ni una palabra. Massimo en cambio, no quería perder tiempo.

—Los queremos ayudar, pero para poder hacerlo necesito que me digan todo lo que consideren relevante acerca de esa bruja, pues en realidad no sé a qué nos enfrentaremos.

Michael dio un paso al frente y les dijo:

- —No sé cómo vencerla, pero sí sé cómo podemos entrar a la mansión sin ser vistos.

Massimo se alegró al ver que recibirían más ayuda.

- —Los hemos espiado durante mucho tiempo. De hecho, todas las veces que salimos de ‘‘paseo’’, en realidad vamos a estudiar los movimientos de nuestros carceleros. Hemos notado que durante el día no tienen una rutina bien afianzada, pero en la noche sí. Cada noche hacen un ritual, es algo que desearíamos no haber presenciado nunca, pero sabemos que el haberlo hecho, ahora nos puede salvar la vida.

- —¿Qué ocurre en ese ritual? – preguntó Rosa con interés.

—Básicamente, roban la vida de Vivian y se la traspasan a Verónica… - respondió Mika. No sé cómo esa pobre mujer no ha muerto aún.

—La cuestión es que cada noche a las once en punto hacen lo mismo. Todos se concentran en la sala, nadie vigila las afueras de la mansión ni ningún otro sitio. Creo que Verónica hace que todos se queden para que presencien el sufrimiento de Vivian. –Agregó Michael.

—Lo bueno de todo esto, es que luego todos se van y la dejan sola, ahí en medio de la sala.

—No queremos que piensen que hemos sido unos cobardes al no rescatarla—se excusó el joven—pues una vez lo hicimos y fue peor, mucho peor. Nosotros ya sabíamos que después de ese ritual, ellos se iban a la cabaña, así que una noche arreglamos todo para poder entrar y llevárnosla, lo logramos, pero después no tuvimos por dónde huir, pues ese día uno de esos cazadores estaba en la entrada del pueblo. Cuando llegamos, decididos a escapar, nos interceptaron y el castigo para Vivian, fue no dejarla salir de nuevo. Ahora siempre está encerrada en la mansión.

—Sacar a Vivian del pueblo, sería nuestra salida, pues Verónica se alimenta de ella… cuando ya no tenga de dónde sacar fuerzas, ella sola morirá y no podrá seguir haciéndonos daño.—dijo Mika queriendo explicar su punto— Luego, esa puerta al otro DoorVille se cerraría.

—¿Y al cerrarse la puerta, no creen ustedes que se corre el riesgo de que todas esas personas queden ahí encerradas? – Preguntó Rosa con un poco de pena.

—No lo habíamos visto así… —- respondió Mika arrugando la cara

—Además, sería muy fácil para la bruja conseguirlos. Ella tiene de su lado a los cazadores —intervino Amaru.

- —Sí, eso también es verdad, pero tendrían que encontrarla muy rápido, pues la razón por la que hace todas las noches ese ritual es porque en realidad ella ya no debería estar viva, si Vivian le llegara a faltar por más de un día… ella moriría.- explicó Michael.

Massimo quedó pensativo. De nada serviría sacar a Vivian del pueblo, pues o los conseguían o la bruja moría y la puerta al mundo paralelo se cerraba y todos quedarían atrapados. Pero igual debían salvarla, tenían que sacarla de la mansión y descubrir la manera de sacar a todos de ese otro mundo, antes de que la bruja muriera.

—Usted nos comentó que los mismos habitantes del pueblo abrieron esa puerta al ser víctimas del miedo…-— dijo Massimo dirigiéndose a Brigitte. -— Pues para que la puerta se cierre sin que ellos queden allá atrapados, lo que deben hacer es vencer ese miedo.

De inmediato Mika habló:

—Ellos le temen a nuestro padre, no dejarán de temer, hasta que sepan que está muerto…

—O hasta que vean que ya no es una amenaza.- dijo Amaru levantando la ceja.

—¿Por Dios, cómo se supone que haremos que nuestro padre deje de convertirse en eso?— preguntó Mika en un tono desesperado.

—Pues lo tenemos que descubrir . Tal vez Vivian nos pueda ayudar— dijo Rosa.

—Lo único que sabe Vivian es que el perro de su tía fue el que contagió a nuestro padre…—-agregó Mika.

—Bueno, yo no creo mucho en eso… Si así hubiera sido, ella hubiese visto alguna vez a ese perro convertirse en lobo, pues su tía no hubiera tenido dónde esconderlo y aún no se había abierto la puerta al DoorVille paralelo… Así que… no, en verdad no creo que un perro le haya hecho eso al señor Robertson— dijo Massimo.

—¿Entonces quién?— quiso saber Michael.

—Eso lo averiguaremos, después de salvar a Vivian -respondió Massimo.

Llegó la hora de partir. Tenían miedo y no podían fallar. Después de sacar a Vivian de la mansión, sólo tendrían un día para descubrir cómo hacer que los habitantes de DoorVille dejaran de temer. La opción más drástica, no la querían ni pensar, estaban decididos a que ni siquiera fuera una opción… matar al señor Robertson.

Llegaron a la mansión, atravesaron el jardín, pasaron rápido a un lado de la entrada principal y luego Michael los guió por una entrada subterránea.

—Debemos hacer silencio. Esta entrada está conectada directamente con la sala y ahí deben estar ahora. Sólo debemos subir por aquí y llegaremos.

No tardaron mucho en llegar a lo que debía ser un cuarto secreto, oculto tras un enorme mueble movedizo; por ahí podían entrar a la sala, pero Massimo todavía no se atrevía a entrar, pues se oía el murmullo de muchas personas ahí dentro; sólo movió un poco el mueble para poder observar lo que pasaba.

—¡No, por favor! ¡Otra vez no!- suplicaba Vivian. – ¡Ya no lo aguanto más!

—¡¡¡Cállate!!! – Le gritó el cazador que la custodiaba.

—Mi niña, ya llevamos años en esto, sabes que por más que supliques, no te dejaré… ese era nuestro trato – dijo Verónica con una fingida voz dulce.

—Por favor, Verónica, ya no más –Vivian lloraba, no quería sentir de nuevo todo ese dolor.

—¡¡Basta!!! Sabes que moriría de no ser por cada gota de vida que tú me das. Dime, ¿cómo crees que te dejaré? – Suspiró y agregó: -Tranquila, que pronto acabará y ya verás por qué te lo digo.

Al dejar de hablar, Verónica comenzó a colocar velas formando un gran círculo y mientras tanto susurraba las palabras para el ritual que ya había empezado. Un par de cadenas colgaban del techo y ahí amarraron a Vivian por las muñecas, ésta lloraba sin parar y gritando rogaba piedad. Verónica se paró en el centro del círculo frente a Vivian y con voz ceremonial dijo:

— Todo empezó cuando aseguré estar dispuesta a entregarlo todo por el poder. ¡Sí!, nuestro rey es poderoso y si somos fieles a él, nos da riquezas infinitas. Aquí estoy con cientos de personas bajo mi merced y todas las que aún faltan, porque las puertas comenzarán a abrirse y después de que eso pase, ningún mundo podrá mantenerse sin mí.

Todos los cazadores la miraban con admiración; eran al menos diez de ellos, inmutables ante las palabras de la bruja.

—Lamentablemente, no había conseguido la sangre del elegido, por lo que seguía dependiendo de mi adorada sobrina, pero… él está cerca, muy cerca, así que no temas mi niña-— dijo acariciando la pierna de Vivian- que pronto dejarás de sufrir.

Massimo sintió un escalofrío por todo el cuerpo. Esa bruja estaba hablando de él, lo estaba buscando y, por eso, aquellos dos cazadores trataron de llevárselo aquella vez. La bruja necesitaba su sangre para poder vivir sin depender de nadie más.

- —Queridos míos, esta noche es especial, pues a partir de hoy, no dependeré de nadie, a partir de hoy las puertas se abrirán y nosotros reinaremos junto a nuestro rey mayor.

Rosa gritó y Massimo volteó para ver lo que le pasaba… Sus ojos se desorbitaron al descubrir que Mika y Michael… no eran quienes decían ser…

 
 
 

Comentarios


©2019 by rafaelaescribe. Proudly created with Wix.com

bottom of page